COCA se enamoró dos veces. La primera vez, a sus 20 años, de CACHO. Vivieron la vida juntxs: se casaron, tuvieron hijxs, se acompañaron hasta el final. A sus 74 años ella re-descubre el amor con las telenovelas turcas. En específico con un actor: Bariş. Ella cree que Cacho reencarnó en el actor.
Puso posters, compró imanes y hasta se lo tatuó en el pecho. Guiada por la pasión, sacó pasajes a Turquía y le pidió a su nieta que la acompañe. Su misión es encontrar al actor para poder decirle que lo ama.
Es un viaje extenso ya que COCA vive en las afueras de Buenos Aires. Ella es un arquetipo argentino: toma mate, ama el fútbol y sus emociones son un tango.
El choque cultural con Turquía es fuerte, no comprende el idioma ni sus costumbres. Busca al actor con su nieta y sus amigas, sigue cada pista posible. Se dirige a todas las productoras donde él trabajó, a la cancha de su equipo de fútbol, a su gimnasio, a su manager. En el viaje la idea de CACHO vuelve de otras formas, este nuevo-viejo amor le permite pensar su vida. Hace lo imposible por encontrar a Bariş y vuelve sin éxito pero con la certeza de que dió absolutamente todo por su deseo.