Nuestros sueños están construidos con fragmentos de sueños, anhelos, frustraciones y vivencias ajenas. Hubo un tiempo, en que el cine fue uno de los mayores proveedores de esos retazos con que los hombres jugaban a trazar sus destinos. La historia de los inicios del cine en Colombia y el Río Magdalena, comparten aguas y acontecimientos. En septiembre de 1897 Gabriel Veyre, el primer emisario Lumiere en América, remontó el Magdalena desde Calamar hasta Honda, dejando una semilla que germinaría medio siglo después en la forma de decenas de teatros erigidos en la ribera del río. Cuando el Río sueña, teniendo como carta náutica el diario de Veyre, propone un viaje por el río Magdalena, con escala en tres de sus principales puertos, Mompóx, Barrancabermeja y Honda, en busca de la memoria oral de los pobladores que fueron los primeros espectadores de cine permanente en el país, indagando sobre cómo transformó sus vidas este encuentro