Cuando nací mi mamá Nena (56) compró su primera cámara de video para realizar filmaciones caseras a la familia. Todas esas imágenes se convirtieron en un material de
archivo familiar de más de 27 años que heredé de ella en la primavera del 2019 cuando fue
diagnosticada con cáncer de mamas terminal.

En un intento desesperado por retenerla para siempre en mis imágenes fui yo quien comenzó
a grabarla a ella, convirtiéndome no solo en la directora de esta película sino también en su
cuidadora. Acompañándola y viviendo a su lado la aceptación de la enfermedad mientras su
cuerpo se deterioraba lentamente. Ese material se enfrenta a todos los registros que realice
de ella desde el día que supimos el diagnóstico hasta que murió en otoño del 2021. Con su
partida, todos nuestras imágenes cobraron vida y me decidí a buscarla en ellas para traerla
de regreso a mí, empujándome a lo inevitable; volver a encender mi cámara y filmar nuestra
verdadera despedida, buscándola en cada espacio que están llenos de su ausencia y que
ahora solo puedo llenar con imágenes que se mueven a la velocidad de la memoria, como
quien recuerda, con un dialogo constante entre mi pasado y su presente en donde me
cuestiono la fragilidad de la vida y el misterioso camino hacia la muerte.